Pollos y salud
En otros países se acostumbra comer distintas aves: pollo, pavo o guajolote, codorniz, pato, entre otros. En México preferimos el pollo, pero en grandes cantidades. ¿Cada cuántos días comes pollo? No sólo pienses en la frecuencia, sino en la variedad: hay muchísimas formas de prepararlo. Con toda seguridad, tu mamá conoce algunas recetas que a ti te gustan mucho. Escribe en una hoja cinco formas de preparar el pollo en tu casa y después intercambia con tus compañeros. ¿Se parecen? ¿Por qué?
La carne del pollo puede compararse con otras carnes y salir ganando, porque su grasa es de más fácil digestión y más rica en ciertas sustancias necesarias para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
El pollo te da energía y, gracias a las proteínas, le ayuda a formar los tejidos de tu cuerpo.
Una ración de cien gramos de pollo (digamos, una milanesa) proporciona los siguientes nutrientes: 10% de la energía que usas diariamente, 50% de proteínas, 35% de hierro, y 25 a 60% del complejo vitamínico B.
¿Te ha ocurrido que te enfermas y tu mamá te da a comer un caldo de pollo? ¿Sabes por qué?
Porque el pollo se digiere tan fácilmente que ayuda a no forzar la digestión mientras tu estómago está dañado o delicado.
Además, tiene muchos minerales, como el hierro y el calcio. Aunque te suene a ciencia ficción, todos estos elementos son esenciales para el funcionamiento de tu cuerpo y tu mente.
Se ha mencionado que el pollo contiene dos minerales muy importantes: el hierro y el calcio. ¿Para qué te sirven a ti, que estás en una etapa de crecimiento? Investígalo y coméntalo con tus compañeros. Te recomendamos esta página.